La pandemia por coronavirus azota el mundo entero. Las medidas de precaución y aislamiento parecen no ser suficientes y la enfermedad continúa esparciéndose. Ante la fobia y el miedo al contagio, un centro costero español tuvo que pedir disculpas después de haber rociado una playa con cloro en un intento por proteger a los niños de Covid-19 .

Sucedió en Zahara de los Atunes , cerca de Cádiz . El gobierno utilizó tractores para rociar más de 2 km de playa con una solución de lejía un día antes de que España permitiera a los niños salir del encierro por primera vez.

Los ambientalistas sostienen que la medida causó “daños brutales” al ecosistema local. María Dolores Iglesias, que encabeza un grupo de voluntariado ambiental en la región de Cádiz, dijo que había visitado la playa en Zahara de los Atunes y había visto el daño por sí misma. “Mató todo en el suelo, no se ve nada, ni siquiera los insectos”, sostuvo escandalizada.

Lo cierto es que la playa y sus dunas son lugares de reproducción y anidación para las aves migratorias y todas ellas fueron asesinadas por este producto químico. “El cloro se usa como un desinfectante muy poderoso, es lógico que se use para desinfectar las calles y el asfalto, pero aquí el daño fue brutal”, agregó a medios españoles.

“Han devastado los espacios de dunas y han ido en contra de todas las reglas. Ha sido una aberración lo que han hecho, también teniendo en cuenta que el virus vive en personas que no están en la playa. Es una locura”, agregó con preocupación.

Por su parte, Greenpeace en España hizo una comparación con polémicas declaraciones del presidente de los Estados Unidos , Donald Trump , quien sugirió que inyectar lavandina a los pacientes podría ayudar a tratar el coronavirus.

“Fumigar playas en medio de la temporada de reproducción de aves o el desarrollo de la red de invertebrados que respaldará la pesca costera … no es una de las ideas de Trump. Está sucediendo en Zahara de los Atunes”, indicaron a través de Twitter.

La noticia se difundió rápidamente y tras las críticas de buena parte de los vecinos y vecinas, el presidente de la Junta Vecinal, Agustín Conejo , tuvo que salir a reconocer que fue una “actuación equivocada” y que surgió con la mejor intención de proteger a los menores que pudieran pasear junto al mar.

Fuente: Diario La Nación

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