Es, sin lugar a dudas, la Milagro Sala correntina. Con dinero del Gobierno nacional, la pata local del movimiento Tupac Amaru construyó viviendas y un complejo recreativo social, con piletas incluidas, destinado a los vecinos del barrio Esperanza. Pero entregó las viviendas sin terminar y sin títulos. Y la referente se adueñó del complejo.
Años atrás se anunció que se construirían en Corrientes viviendas sociales del Tupac Amaru, movimiento liderado a nivel nacional por la jujeña Milagro Sala. Muchas familias humildes se anotaron para ser parte de la iniciativa, con la esperanza de obtener una casa propia. Originalmente iban a construir el barrio en terrenos cercanos al Molina Punta, pero por descontento de los vecinos ya instalados allí, que no querían viviendas sociales cerca de sus casas, debieron trasladar el proyecto a otra zona.
Finalmente fueron al Esperanza y se inició la construcción de las viviendas, que serían entregadas en tres etapas. Las familias anotadas tenían sus ilusiones puestas en poder vivir en casas como las que el movimiento Tupac Amaru construyó en Jujuy, amplias y con instalaciones recreativas en el barrio.
Sin embargo, nada fue como esperaban. Una primera tanda de casas fue entregada relativamente en orden, pero las siguientes, y sobre todo la última, estaban sin finalizar cuando las familias a las que estaban destinadas fueron a vivir allí.
Paralelamente, se construyó un complejo de esparcimiento que se denominó “Complejo Piletas”, que intentaba emular los que hay en Jujuy en el barrio de Tupac Amaru. El lugar estaba destinado a los vecinos de las 32 viviendas del barrio Esperanza y a los del Tupac Amaru y aledaños.
La encargada, Karina Castro, es señalada por los vecinos por realizar malos manejos del complejo, ya que les cobra a los vecinos por algo que fue construido en un terreno municipal y que se levantó con fondos de cooperativas y trabajadores que percibían planes, como Argentina Trabaja.
“Karina tiene personería del movimiento Tupac Amaru. A través de cooperativas construyeron el complejo en el terreno municipal. Originalmente los terrenos para las casas estaban en el Molina Punta, pero hicieron una mastufia, nos sacaron de ahí y nos mandaron acá”, contó Antonia, una vecina del barrio.
“La pileta y el complejo funcionan hace tres años. Acá vinimos a vivir hace cuatro años. Las casas no tenían techo. Nuestras viviendas no están terminadas, no tenemos conexión eléctrica, hay una denuncia penal”, señaló.
Y sobre el Complejo Piletas contó: “Debía ser para la gente del barrio Esperanza, el Tupac y aledaños. Es un terreno municipal y el complejo se levantó usando a gente que cobraban Argentina Trabaja”.
“En varias oportunidades quisimos ocupar el quincho y a varios vecinos les alquiló. El lugar destinado a guardería lo alquila para eventos”, detalló.