Una perra se comió el cultivo de marihuana de su vecino y la familia de éste exigió a la dueña del animal que pagara 40 mil pesos por los daños ocasionados. Como la mujer no contaba con ese dinero, asesinaron a su mascota, le reventaron la cabeza de un culatazo y le desvalijaron la casa. Pese a que los acusados reconocieron el hecho ante la Justicia de La Pampa, continúan en libertad.

Los tremendos sucesos se registraron en la calle Sotelo al 900, Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa. Todo comenzó cuando Tiky, la perra de Verónica de 43 años, fue al patio de su vecino, situada al fondo de su vivienda, y se comió una planta de marihuana. Luego de cometer los daños, el propietario del cultivo fue a quejarse con la dueña del can.

El cuidador de la planta, hijo de la propietaria de ambos inmuebles, le exigió a Verónica que le pagara 40 mil pesos por los daños causados. Como la mujer no podía pagar ese monto, le advirtió que si no lograba juntar el dinero, se iba a “deshacer de ella”.

Invadida por el temor que generó la amenaza, la víctima aceptó irse a vivir con su perro a la casa de una vecina, situada a pocos metros del inmueble. Sin embargo, el acusado se enteró que la señora se estaba refugiando allí y la familia del violento la fue a buscar para intimidarla con armas de fuego.

“La propietaria del inmueble que alquilé, su hija y su yerno me vinieron a buscar. Cuando abrí la puerta, mi perro salió a la calle antes de que me diera cuenta. La mujer me golpeó en la cabeza con un arma, me abrió el cráneo y me dejó completamente ensangrentada”, relató la víctima.

“Luego, me pegaron entre los tres y un vecino intentó defenderme. El yerno de la señora quiso pegarme un tiro, mi perra se cruzó entre los dos y la bala terminó impactando contra mi mascota. Sin estar conforme con esto, éste tipo volvió a dispararme pero, esta vez, hirió al hombre que se metió a ayudarme”, continuó.

La policía fue alertada sobre lo sucedido, se presentó en el lugar y demoraron a los acusados, quienes confesaron el hecho. Sin embargo, pocas horas después fueron liberados. En tanto, la víctima fue trasladada de urgencia al hospital y, cuando regresó por su perro, ya era tarde: encontró a Tiky agonizando y, pese a que intentó dar con un veterinario desesperada, el animal falleció pocos minutos después.

Destrozada por la perdida del animal, volvió a su hogar a buscar sus cosas y no volver a ese inmueble. Al abrir la puerta, encontró su casa desvalijada. “Se llevaron todo, me quedó la casa vacía. Me robaron los muebles, la cocina, el aire acondicionado, la tele. No me quedó nada”, relató.

La víctima realizó la denuncia correspondiente en la Comisaría N° 1 de Santa Rosa y, pese a que los acusados confesaron el ataque, siguen gozando de su libertad. “Me amenazaron, me extorsionaron, me reventaron la cabeza, asesinaron a mi perra, me desvalijaron la casa y siguen libres como si nada hubiese pasado. Me arruinaron la vida”, dijo la víctima.

Al concluir, agregó: “Me mudé a una pequeña pieza en otro barrio. Estoy sin nada, es un lugar muy precario, no está ni pintado. Es lo que pude conseguir. Todos los días recuerdo a mi perra, que me la sacaron. Lo material no importa, pero a ella nadie me la va a devolver y necesito ayuda para que se haga justicia”.

En tanto, en sus redes sociales la víctima no deja de recodar a su mascota: “Todavía no caigo Me cagaron la vida, mataron a mi compañero de vida, mi familia, mi hijo, mi todo. Me duele el alma y lo peor es que andan sueltos”, escribió.

Agregó: “No puedo dormir, me falta sentir tu respirar, sentir el latir de corazoncito, tu almohada está vacía. Mi alma está vacía. Ocho años caminamos juntos y un cobarde te pego un tiro”.

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