La Justicia de Río Negro condenó a trece años de prisión a Javier Bernel por abusos sexuales contra diez de sus alumnas de entre 8 y 10 años. El docente, que fue exonerado de su función, es oriundo de Esquina.

Los jueces rionegrinos María Evelina García Balduini, Gastón Martín y Laura Pérez impusieron este miércoles 13 años de prisión, más inhabilitación absoluta y perpetua, al ex maestro de primaria Javier Marcelo Ramón Bernel, quien fue declarado autor de los delitos de abuso sexual simple, agravado por ser encargado de la educación de las víctimas (nueve hechos consumados y uno en grado de tentativa), en perjuicio de 10 alumnas.

Los jueces resolvieron, por unanimidad, aplicar la misma pena que había solicitado la fiscal del caso Belén Calarco, junto a la fiscal jefe, Teresa Giuffrida. Si bien los fundamentos completos de la decisión judicial se darán a conocer el próximo 18 de diciembre, la jueza vocera del Tribunal, García Balduini, explicó ahora los argumentos centrales del veredicto, en una audiencia que se desarrolló al mediodía en la Ciudad Judicial de Roca.

El Tribunal valoró como atenuante que Bernel “no tiene antecedentes penales” pero reconoció como agravantes que “su situación socio-económica y cultural (…) le permitía claramente discernir el sentido y las consecuencias de su obrar; es más, siendo un funcionario público: docente, maestro de grado en nivel primario”.

Sumó “el daño físico y moral que les fue causado a las tan vulnerables menores víctimas, de implicancias futuras inciertas; la reiterancia de las agresiones a las nenas, que revela un perfil personal cuanto menos peligroso para terceros al día de hoy y en el futuro, y perturbado –dicho esto en términos comunes-, en el aspecto sexual y la relación con los otros/as; la pluralidad de víctimas y, especialmente, su corta edad, que las torna aún más vulnerables”.

A la pena de prisión se suma la inhabilitación absoluta y perpetua y la inscripción de Bernel en el Registro Provincial de Abusadores Sexuales (ReProCoInS).

Los jueces coincidieron con la fiscalía al valorar como agravantes la cantidad de hechos y su reiterancia y también que “las agresiones sexuales (fueron) acompañadas de actitudes violentas en lo verbal y en lo físico, tanto en sus víctimas como sobre quienes podían atestiguar lo que pasaba; escudado en el manejo discrecional del ámbito escolar -aula, patio, puertas, ventanas, cortinas-, y haciendo uso del castigo que podrían recibir los alumnos -malas notas, reprobaciones, la pluralidad de lugares donde cometió los hechos -tres diferentes, la exposición a que sometió a otros/as niños/as, en tanto fueron testigos involuntarios de los abusos sexuales; la advertencia en un caso sobre que dañaría a la mamá si no hacía silencio”.

Por último, los jueces valoraron “los daños extendidos” a las niñas, enumerando que “no querían salir de sus casas, temían que no se creyera su relato, episodios de angustia y nerviosismo, y desvalorización del propio cuerpo, pesadillas, sentimientos de indefensión, depresión en algunas niñas”, así como “la afectación a la sociedad misma, atento las características de los presentes hechos, ocurridos en una institución del Estado que forma, enseña, educa, y por quien tiene una carga pública y la premisa cierta que conforme la Psicología y en este tipo de delitos, a menor edad, mayor es el daño que se provoca”.

Educación Sexual Integral

La condena fue celebrada por más de 150 personas de distintas organizaciones sociales que durante la jornada de hoy protestaron en las afueras de Tribunales.

“Es la sentencia que esperábamos, sabemos que es poco, sabemos que la vida de nuestras hijas está trastocada para toda la vida pero agradecemos al equipo de la Fiscalía”, dijo la madre de una de las víctimas luego de conocerse la sentencia. ”Agradecemos a los jueces que hayan decidido que esta pena debía ser la máxima posible. Agradecimiento profundo a la gente a la sociedad y a los medios”, agregó.

Por su parte, la defensa del imputado, a cargo de Bruna Zarlenga, solicitó su absolución, sosteniendo su inocencia y adelantó que “realizará todos los recursos e impugnaciones necesarias para defender a su cliente”. Los 10 hechos acreditados, según la acusación que sostuvo la Fiscal del caso, Belén Calarco, ocurrieron entre 2015 y 2018 en las escuelas primarias N° 38 de Stefenelli y N°56 de Campamento de General Roca. Todas las víctimas tenían entre 8 y 10 años y cursaban 3° y 4° grado al momento de los hechos y eran alumnas del imputado.

Fue durante un taller de Educación Sexual Integral (ESI) en la escuela cuando los casos salieron a la luz. Las niñas contaron que el docente les tocaba sus partes íntimas y agarraba sus manos para masturbarse. Desde ese momento se inició todo el proceso, en agosto de 2018, con un precedente de un caso denunciado ante la escuela en 2015.

Fuente: Diario época

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