El hombre de 52 años y padre de dos hijos, de 8 y 12, falleció en la madrugada del 5 de mayo mientras esperaba que lo trasladaran a un clínica en Sudáfrica. Aunque todavía no se confirmaron los resultados de su último hisopado, todo hace pensar que Morales contrajo COVID-19 y, por ser paciente de riesgo (tenía antecedentes cardíacos y pulmonares), su cuerpo no resistió el virus.
A África llegó hacía 25 años. Primero estuvo en Sierra Leona y, después, se radicó en la ciudad de Dar es-Salaam (Tanzania), donde trabajaba como médico en ICAP, una ONG de la Universidad de Columbia que brinda servicios integrales para combatir el HIV y en iniciativas de fortalecimiento del sistema de salud en comunidades vulnerables. En África, también, conoció a Crymy, con quien se casó y tuvo dos hijos. La mayor de 12 y el menor de 8.
Para principios de marzo, Crymy dejó Tanzania para venir a Buenos Aires. La mujer vino para ayudar a su suegra y para estar con su sobrino que este miércoles cumple 11 años. En el medio, explotó la pandemia y Crymy, como muchísimas personas en todo el mundo, quedó varada en Argentina.
Mientras Crymy cumplía con el confinamiento en la casa de sus suegros y pensaba cómo regresar para estar junto a su familia, hace dos días, Fernando le comunicó que tenía síntomas de coronavirus. “Lo internaron, le hicieron el hisopado y tenían pensado trasladarlo a Sudáfrica para una mejor atención. Pero bueno, no llegó. Murió sin saber el resultado de su test”, contó una allegada a la familia.
La mujer está desesperada por regresar a África para estar con sus hijos que, por el momento, quedaron a cargo de la niñera. El caso está en manos de Cancillería que, a través de la embajada argentina en Nairobi (Kenia), analiza las posibilidades para reunir a Crymy con sus dos hijos. “En principio la madre planteó viajar para Tanzania. Sencillo no es: la pandemia complica muchísimo todo”, aseguraron voceros de Cancillería a este medio.
Fuente: Infobae