La posible vacuna para el nuevo coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, se comenzará a probar en pacientes en Brasil este mes. Así lo confirmó el Ministerio de Salud del país sudamericano.

Brasil, en efecto, apoyará la iniciativa con 2.000 voluntarios que no entraron en contacto con la enfermedad, tanto en Río como en San Pablo, las dos ciudades más afectadas por la pandemia en el país sudamericano. Así, será parte del plan global de desarrollo de vacunas y será el primer país en llevar a cabo las pruebas de Oxford después del Reino Unido.

El procedimiento fue aprobado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y, en San Pablo, los estudios serán dirigidos por el Centro de Referencia para Inmunobiológicos Especiales (Crie) de la Universidad Federal del estado (Unifesp).

La infraestructura médica y los equipos serán financiados por la Fundación Lemann, y los primeros mil voluntarios, de San Pablo, serán reclutados por Unifesp; mientras que las otras 1.000 personas serán parte de la prueba en Río de Janeiro.

La vacuna producida por la universidad británica fue incluida en un estudio realizado por el banco de inversión Morgan Stanley, que mapeó 110 búsquedas de una fórmula inmunizante, y se considera que es una de las seis candidatas más prometedoras para curar la enfermedad que afecta al planeta.

La idea es que el estudio aleatorizado evalue la seguridad y la eficacia del inmunizador. La agencia, por su parte, señaló que los ensayos clínicos en humanos realizados bajo el sello británico demostraron ser seguros.

Para Natália Pasternak, investigadora colaboradora del Laboratorio de Desarrollo de Vacunas del Instituto de Ciencias Biomédicas de la USP, la noticia llega en un buen momento no solo por el empeoramiento de la pandemia en Brasil, sino también porque contribuye a echar luz sobre la capacidad científica brasileña.

La vacuna Oxford fue creada a partir de un adenovirus de chimpancé. La fórmula se basa en el llamado vector viral, es decir, un virus que no es Sars-CoV-2 (que causa Covid-19) en el que se clona la secuencia genética del nuevo coronavirus, para estimular las respuestas inmunes. Las primeras fases de trabajo en el Reino Unido fueron prometedoras.

Fuente: Infobae

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