Antonio Córdoba comenzó a estudiar a los 58 años y tras varios años concluyó con sus estudios, pero falleció poco antes del acto de graduación. La casa de altos estudios revalorizó esta “historia de superación”.
La 301ra. colación de grado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), donde 86 abogados y abogadas recibieron sus diplomas, no fue una más. Durante la ceremonia, se le hizo entrega del diploma a los familiares del graduado Antonio Córdoba, quien falleció próximo a recibir su título de Abogado.
El acto, que se realizó por primera vez en el nuevo auditorio de la Biblioteca Central de la casa de altos estudios, fue presidida por el rector Diego Molea, acompañado por la decana de Derecho, María Fernanda Vázquez, y el cuerpo docentes.
Antonio se recibió a los 72 años, pero no pudo estar físicamente para recibir su diploma. En su lugar, y en uno de los momentos más emotivo del acto, subieron al escenario su esposa Azucena, sus hijos Javier y Pablo, y su nieto Matías. Azucena, con lágrimas en los ojos, miró al cielo y le mostró a su esposo el título que simboliza el objetivo cumplido.
Comenzó en 2005
Había comenzado a estudiar en 2005, a los 58 años. Toda su vida había trabajado como empleado público en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. “Siempre le interesaron las leyes. Empezó como un hobbie pero se entusiasmó y se planteó terminar la carrera”, cuenta Javier.
Tenía, además, el apoyo de sus tres hijos: Javier y Pablo, y Diego, que radicado en Misiones lo alentaba a la distancia. Para sus cinco nietos, Matías, Santiago, Mauricio, Alma, Lautaro, Mailén y Emilia, que viene en camino, su abuelo es un ejemplo. Sus padres les contarán en la mesa familiar historias sobre “el abogado de la familia”.
Como a cualquier estudiante, a veces le ganaba el cansancio y parecía que iba a tirar la toalla. “En algunos momentos flaqueó, le costaba, tal vez por la edad que uno no tiene la misma fuerza y memoria que alguien más joven”, rememora su hijo.
Javier recordó cómo lo animaba: “Dale, viejo que falta poco”, a lo que su padre le respondía: -“¿Qué poco?, si me quedan como dos años”, aunque seguía asistiendo a clases, estudiando, leyendo. Finalmente en 2018 aprobó su última materia.
Cumplir sueños
“Para nosotros fue muy emocionante, como hijos sentimos un orgullo enorme”. Javier habla de su papá como el ejemplo que es: “Su legado es mostrarnos que hay que perseguir nuestros objetivos, no importa la edad, hay que luchar por alcanzar nuestras metas”.
“Estoy muy agradecido a la Facultad que asistió a papá cuando se descompensó, por los gestos de acompañarnos y hacernos este homenaje de entregarnos su título”, valoró su hijo.
“La comunidad de la UNLZ está orgullosa de Antonio y su familia y en este relato va nuestro homenaje: una historia de superación, la dignidad de una familia que en medio de la tristeza encuentra un merecido reconocimiento para quien les mostró que no se logra lo que no se intenta. Nuestra Universidad es nuestra gente y su historia. La de la familia Córdoba y su lucha, para ellos nuestro reconocimiento y afecto, en nombre de toda la Universidad Nacional de Lomas de Zamora”, publicó la casa de altos estudios en las redes sociales.