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Ricardo Cardozo, ministro de Salud de Corrientes está de acuerdo con que su provincia sea provida. No está de acuerdo con el protocolo para la ILE y niega la realidad de cientos de niñas cuyos embarazos son producto de una violación.

En una entrevista otorgada al diario Clarín, el ministro de Salud de Corrientes, Ricardo Cardozo (médico pediatra) declaró que “está de acuerdo que su provincia sea provida”.

Estas declaraciones se dan a pocos días de conocerse un fallo inédito en donde se permitió la adopción prenatal. Es decir se otorgó la guarda provisoria a un matrimonio de un feto, algo que no está previsto en el marco jurídico argentino y que provocó el rechazo unánime de la opinión pública y de especialistas en la materia.

Recordemos que el caso fue el de una joven que recurrió a la justicia porque estaba embarazada luego de haber sido violada por su padrastro. En un primer momento solicitó una interrupción del embarazo y si bien la jueza interviniente le indicó que fuera al hospital, en el centro de salud se ocuparon que desistiera informándole de manera sesgada “lo riesgoso” de esa práctica médica.

Una respuesta muy conveniente para una provincia que no adhirió al protocolo para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE). La misma provincia que en el año 2011, mediante el decreto 2871 fue declarada provida “estableciéndose como política de Estado la defensa de la vida desde el momento de la concepción y de la familia”.

Pero volviendo a Cardozo, a lo largo de la entrevista sostiene que en Corrientes no se aplica el protocolo ILE porque es una provincia provida. De modo que sólo se basan en el Código Penal, razón por la cual en todos los casos de violaciones interviene la justicia. Es decir que esa provincia desconoce de manera arbitraria los casos que el propio Código Penal establece como no punibles, así como el fallo de la Corte Suprema de Justicia, conocido como fallo FAL donde aclara que en esos casos no será necesaria la intervención judicial.
Afirma estar de acuerdo con que Corrientes sea provida “porque se pide el aborto porque sí, porque se discute en la calles como si fuera un partido de fútbol, con muy bajo nivel”.

Evidentemente el ministro de Salud, no tuvo oportunidad de ver las largas jornadas de debate del año pasado donde participaron cientos de oradores y donde se dieron argumentos contundentes que dejaron más que claro que el aborto legal se trata de un tema de salud pública y no de concepciones morales o religiosas.

En Corrientes las estadísticas indican que cada tres días una niña de entre 10 y 14 años tiene un bebé producto de una violación. Ante esta situación Cardozo encuentra como mejor respuesta: “No sabemos si son violación”.
Pero en su derrotero de argumentos brutales Cardozo no se detiene y con respecto a la salud psicofísica de un cuerpo gestante para quien es aconsejado un aborto legal sostiene: “….hay que ver si es así, si la mujer dice que el embarazo le afecta psicológimente, hay que investigar, lo mismo que si dice que fue violada, hay que investigar”.

A pocos días del 8 de Agosto, fecha en la que el Senado votó en contra de la legalización del aborto, se dan a conocer fallos judiciales, como el de la joven correntina, que tienen como objetivo ir construyendo el sentido común de que ese feto, alguien que aún no nació, es una persona y por tanto hacedor de derechos.

Pero este fallo fue posible porque creció en un sustrato que se fue preparando de a poco, con la autoproclamación de Corrientes como provida, luego desconociendo el fallo de la Corte Suprema de Justicia, avalando la objeción de conciencia en sus centros de salud pero lo más importante negando de manera sistemática que las niñas y jóvenes violadas puedan interrumpir sus embarazos de manera segura y legal, transformándolas en incubadoras humanas.

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