El trasplante de médula ósea de un paciente con leucemia hizo que su ADN quedara reemplazado por el de su donante.
Tres meses después de ser sometido a un trasplante de médula ósea, el estadounidense Chris Long, un agente de policía del estado de Nevada (EE.UU.) que sufría de leucemia mieloide aguda, descubrió que el ADN en su sangre había cambiado y había sido reemplazado por el de su donante, un hombre más joven de Alemania, informa The New York Times.
Cuatro años más tarde, Long decidió hacerse otra prueba de ADN, esta vez más exhaustiva. Como resultado, descubrió que los genes del donante se habían diseminado no solo a su sangre: las muestras tomadas de sus labios y mejillas contenían tanto su ADN como del donante, mientras que el ADN de su semen había sido reemplazado por completo.
“Me pareció bastante increíble que pudiera desaparecer y que otra persona pudiera aparecer”, comentó al diario neoyorquino.
Una persona, dos tipos de ADN
Long se convirtió así en una persona que cuenta con dos tipos de ADN, un fenómeno conocido como ‘quimera humana’, en referencia a la criatura de la mitología griega que tenía cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón.
La comunidad científica ya sabía que ciertos procedimientos médicos podía convertir a un paciente en una ‘quimera humana’, aunque todavía no se ha estudiado extensamente dónde más se puede encontrar el ADN del donante, además de en la sangre.
Decenas de miles de pacientes con cáncer u otras enfermedades de sangre como la leucemia, linfoma o anemia falciforme se someten anualmente a trasplantes de médula ósea.
Los científicos señalan que, desde el punto de vista médico, el traspaso de ADN de un donante a su receptor no plantea riesgos para la salud. No se ven afectados ni el cerebro, ni la personalidad de los pacientes, aclara el director médico de la Unidad de Trasplante de Sangre y Médula del centro médico de la Universidad de Stanford, el doctor Andrew Rezvani. “Tampoco importa” si un hombre recibe los cromosomas de una mujer o viceversa, agregó.
Lo que interesa especialmente a los expertos es qué pasaría si Long tuviera un bebé y si este recibiría los genes de su padre o del donante. Sin embargo, las respuestas a estos interrogantes quedarán sin despejarse, ya que después de nacer su primer hijo, el hombre se hizo una vasectomía.
Con todo, tres expertos estadounidenses entrevistados por el periódico creen imposible que una persona sometida a un trasplante de médula ósea traslade a sus hijos los genes de otra persona.
Las células sanguíneas de un donante no deberían ser capaces de crear nuevos espermatozoides, sostiene el doctor Rezvani. Por este motivo, la vasectomía de Long podría ser la explicación de cómo su semen llegó a contener el ADN del donante, agregó el doctor Mehrdad Abedi, de la Universidad de California.
No obstante, si consideramos la implicación del ‘quimerismo’ en las investigaciones de casos criminales, la situación se torna totalmente diferente.
Por ejemplo, en 2004, investigadores del estado de Alaska compararon el ADN encontrado en la escena de un crimen con su base de datos y descubrieron que la muestra coincidía con la de un hombre que ya se encontraba en prisión. Más tarde, se reveló que el preso era inocente y todo tenía una explicación: había recibido un trasplante de médula ósea y el donante era su hermano.
Una confusión similar se produjo durante la investigación de un caso de violación. Los investigadores cuestionaron los testimonios de la víctima, que aseguraba que solo había habido un agresor, mientras que el análisis de ADN mostraba la presencia de los cromosomas de dos personas. Finalmente, resultó que la mujer era una ‘quimera humana’ y el otro ADN pertenecía a su donante de médula ósea.