Investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UNNE evalúan la viabilidad de la utilización de esta técnica arquitectónica, con resultados positivos. Así, la tendencia urbana ecológica de “cultivar” sobre las losas suma otro beneficio para la zona: morigerar el impacto de los “caudales picos” de lluvias.

Un estudio experimental del efecto hidrológico de “techos verdes” determinó que son eficaces para retardar el escurrimiento y amortiguar los “caudales picos” de las precipitaciones. Por lo tanto, se considera viable para morigerar los problemas relacionados con la creciente impermeabilización de las ciudades de la región.
Las “cubiertas verdes” de tipo extensivas son sistemas que se colocan sobre techos tradicionales, para disminuir los efectos de la impermeabilización del suelo urbano.

Están compuestas por varias capas construidas con distintos elementos, con características y propiedades diferentes. La capa superior está constituida por un sustrato orgánico, de poco espesor, que permite el crecimiento de vegetación de bajo porte y por el que recibe su nombre.

Para los investigadores, de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, el aumento de la impermeabilización asociada a la creciente urbanización, la baja pendiente natural del terreno y su localización en una zona de riesgo hídrico hacen propicia la implementación de este sistema en el Área Metropolitana del Gran Resistencia.

En ese sentido, avanzaron en un estudio experimental, a fin de evaluar cualitativa y cuantitativamente el efecto de este tipo de techos. Para ello, se construyó un modelo físico de la cubierta extensiva, utilizándose además otra de tipo plana tradicional como contraste.

De acuerdo con lo observado, se registró una diferencia marcada en los hidrogramas de escurrimiento de la losa tradicional y de la cubierta verde.

“Los resultados preliminares mostraron un notorio efecto amortiguador y retardador del escurrimiento de este tipo de cubiertas”, resaltan los autores del proyecto, Néstor Iván Holsbach, becario de investigación de la Facultad de Ingeniería, y el ingeniero Jorge Pilar y la arquitecta Claudia A. Pilar, director y codirectora, respectivamente, de la investigación, que fue financiada por el CIN.

Si bien este tipo de cubiertas verdes es mencionado en numerosas publicaciones, “no es fácil encontrar datos cuantitativos de sus efectos desde una óptica hidrológica, por lo que el proyecto concretado en la UNNE será un importante aporte en ese sentido”, señalaron.

Agregaron que los resultados obtenidos en el estudio se podrían refinar cuantitativamente, debido a que no se tuvo en cuenta la reducción de la porosidad del sustrato a causa de la precipitación y las condiciones de borde del modelo.

En ese aspecto, la investigación incorporó un simulador de lluvia y la utilización de otros tipos de variedades vegetales y diferentes pendientes de cubierta, cuyos resultados se están procesando.

La construcción de cubiertas verdes permitiría retardar el flujo del agua de los techos hacia la red colectora pluvial.

 

Fuente: La República

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