Un estudio realizado por la Universidad Laval de Canadá reveló que ver pornografía daña la corteza prefrontal del cerebro. Esto hace que se produzcan dificultades vinculadas a la fuerza de voluntad y el control de los impulsos.

Según explicaron los especialistas, esta región del cerebro tarda años en desarrollarse y recién lo termina de hacer entre los veinte y los veinticinco años.

“Suena paradójico que el entretenimiento para adultos pueda revertir nuestro cableado cerebral a un estado más infantil”, explicó Rachel Anne Barr, estudiante del doctorado de neurociencia y autora del estudio.

“A largo plazo, puede crear disfunciones sexuales, especialmente la incapacidad de lograr la erección o el orgasmo con una pareja de la vida real”, agregó en diálogo con Daily Mail.

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