La operación duró dos horas y los médicos quedaron sorprendidos al darse cuenta que el parásito seguía vivo a pesar de los años.
Ya cansado de perder el conocimiento de un momento a otro y de enfermarse con regularidad, comenzó a buscar ayuda con médicos de todo el país. Así llegó a un hospital donde le hicieron un examen y descubrieron que lo que tenía no era nada menos que un parásito de 12 centímetros viviendo en su cerebro.
El gusano se alimentaba de los tejidos del cerebro del hombre y, dado su gran tamaño, los médicos le advirtieron que sacársela implicaría un importante riesgo para su vida. Sin embargo, el hombre volvió a tener episodios donde perdía el conocimiento, por lo que decidió operarse.
La operación duró dos horas y los médicos quedaron sorprendidos al darse cuenta que el parásito seguía vivo a pesar de los años.
El gusano había estado ahí por más de 13 años, ya que según relató el afectado, en 2006 pasó un largo tiempo comiendo caracoles de río sin cocinar.