Hay muchos modos de robar y de ser robado, pero al final la acción siempre es la misma. Uno de los casos de hurto más habituales suele producirse en la calle, cuando nos distraemos en el colectivo, en un supermercado o a la entrada del cine, y alguien llega y se va con lo que nos pertenece.

Durante más de cuatro décadas, este ex ladrón, uno de los estafadores más famosos del mundo, ha colaborado con el FBI en el adiestramiento de los investigadores sobre temas tan vinculados entre sí como el robo, el fraude bancario, la falsificación de documentos y la ciberseguridad.

Tanto es su conocimiento de la materia y de los trasfondos del submundo de los ladrones, que sus memorias Catch Me If You Can (Atrápame si puedes) alcanzaron altísimos niveles de ventas en Estados Unidos.

“No estoy orgulloso de las cosas que hice, pero mi historia, que se describe en mis memorias, me dio la oportunidad de enseñar a la gente de todas las edades sobre cómo evitar que les roben”, dice en un artículo publicado por CNBC.

Aquí Abagnale nos recuerda que cualquiera puede ser víctima de un robo, y en cualquier lugar. Por eso recuerda a Carole Crane, quien es considerada una de las ladronas de identidad más prolíficas en el área de Portland (Oregon), sobre todo por su ardid de meter las manos dentro de bolsos ajenos en sitios donde las personas suelen bajar la guardia: iglesias, centros preescolares y consultorios médicos.

Crane se apropió de la información personal de sus víctimas, y con ella creó tarjetas de crédito falsas, licencias de conducir y cuentas bancarias de las que beneficiaron ella y sus socios.

La pandilla de Crane —recuerda Abagnale— le robó a más de 50 personas y a 50 bancos, obteniendo un dividendo global de casi 200,000 dólares, según un comunicado de prensa del FBI.

Por eso este experto nos recuerda que cometemos un gran error si llevamos determinadas cosas en nuestras billeteras:

1) Demasiadas tarjetas de crédito o de débito. Cuantas menos tarjetas de ambos tipos tenga uno encima, mejor, pues menos gestiones tendremos que hacer —congelaciones, cancelaciones— si nos roban.

Abagnale propone incluso que dejemos las tarjetas de débito en casa, pues cada vez que se sale con ellas a la calle, estamos poniendo en riesgo la totalidad de nuestro capital. Las tarjetas de crédito felizmente están protegidas y cubiertas por una ley federal para casos de compras no autorizadas.

Otra desventaja de mantener demasiadas tarjetas de crédito dentro del monedero o la billetera, recuerda, es que uno puede sentirse tentado a usarlas y a no pagarlas, lo que puede arruinar nuestro puntaje de crédito y generar una tonelada de deudas.

2) Evita llevar consigo el DNI. “¿Cuándo fue la última vez que usted necesitó usarla?, pregunta.

Casi nunca. Sin embargo, un ladrón sí podría emplear fácilmente el codiciado número para abrir una nueva tarjeta de crédito y seguir estafándonos.

3) Chequeras. Si sabemos que tenemos que emitir un cheque, basta con llevar encima uno y solo uno. Como Abagnale sabe cuán habitual es el fraude con cheques, asegura que rara vez los emplea.

De paso aconseja que usemos una pluma de gel económica, cuya tinta es imposible de lavar, y que compremos bolígrafos con tinta especialmente formulada para adherirse al papel.

Esto ayudará a prevenir el lavado de cheques y otras alteraciones de documentos.

No debemos olvidar que nuestros cheques casi siempre contienen todo tipo de información (números de cuenta, el nombre completo del propietario y hasta su dirección) y que ello puede ser usado para robarnos nuestro dinero.

4) Boletas de depósito bancario. Contienen exactamente la misma información que sus cheques y son claves para desbloquear nuestra libreta bancaria.

5) Recibos de gasolineras y de cajeros automáticos. Incluso estos artículos conservan fragmentos de información utilizable, como los últimos cuatro dígitos de la tarjeta de crédito, que pueden ser usados para ayudar a reconstruir números de cuenta completos.

Por todo ello, el experto recomienda que antes de salir de casa revisemos que la billetera no guarde los elementos más importantes de nuestra vida financiera.

“No lleves lo que no necesitas”, advierte.

Bastaría con llevar la licencia de conducir, una copia de la tarjeta del seguro de salud, una copia de la tarjeta de seguro de auto, una copia del registro del auto, una copia de la tarjeta de seguro médico y una o dos tarjetas de crédito.

De paso, podríamos llevar una pequeña cantidad de dinero en efectivo para los imprevistos.

Por último, es importante recordar que, incluso si nos roban la billetera con apenas estos artículos, debemos actuar con prontitud y notificar su pérdida a las instituciones y a las agencias implicadas..

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