En la plaza 9 de julio de Resistencia, hace unas semanas aparecieron fotografías impresas en papel común para realizar pegatinas indiscriminadamente: desde el Monumento a la humanidad, que rememora las víctimas del Holocausto nazi, la fuente de agua, los baños, el área de tribunas bajas donde se realizan actividades culturales, donde acuden niños y frente a la escuela Normal, que tiene nivel primario y secundario.
Como puede observarse en una de las fotografías, estaba a la vista de muchos niños, para el caso del registro fotográfico obtenido por Infoqom, una niña de 7 años que al descubrir los afiches avisó a su madre y junto a su abuela empezaron a quitarlos.
Seguramente para muchas personas, esto se llama “arte”. Y no vamos a poner objeciones desde este espacio porque no es un aspecto que nos interese.
En la fotografía de portada, se podía observar a una mujer desnuda, con sus piernas abiertas, «exponiendo» su vagina, claro que algún ciudadano con un poco de sentido común, rompió justo ese lugar íntimo. Acto que seguramente los artistas anónimos lo calificarán como «censura».
¿Pero, por qué difundir en un lugar un público donde acuden adolescentes y niños, además ensuciando paredes y atentando contra un monumento de gran relevancia para la humanidad? ¿Quién los financia? ¿Cuál es el objetivo de mostrar fotos de desnudos de hombres y mujeres adultos? ¿Por qué el área competente del municipio de Resistencia no limpió lo que se ensució con ese acto vandálico? ¿Si a este acto de vandalismo lo llaman arte, por qué no lo exponen un espacio cultural?
Dejamos una muestra de algunas de los afiches que aún quedan, porque los mismos ciudadanos se encargaron de eliminarlos o al menos lo intentaron.
fuente:infoqom