En el futuro, unos 5.000 millones de personas tendrán serios problemas para acceder al agua y a los alimentos. Las razones: una merma de los animales polinizadores de cultivos, un aumento en la contaminación hídrica y un deterioro de las costas marítimas, dice un informe publicado en la revista Science.

Un nuevo modelo que captura las contribuciones de la naturaleza al bienestar humano y las compara con las necesidades futuras de las personas muestra que, en los próximos treinta años, hasta cinco mil millones de personas podrían enfrentar problemas serios para acceder al agua y los alimentos.

El informe, publicado en la revista Science, destaca que el problema estará más acentuado en África y el sur de Asia.

A su vez, concluye que cientos de millones de personas podrían ser vulnerables a mayores riesgos de tormentas costeras severas.

“El documento proporciona una imagen única y profundamente preocupante de las cargas sociales de perder la naturaleza”, escribió Patricia Balcanera, una bióloga mexicana, en un comentario en la misma revista.

Servicios ambientales

El bienestar humano depende de las contribuciones de la naturaleza, que incluyen servicios de los ecosistemas que aseguran el agua limpia o la polinización de cultivos.

Sin embargo, los crecientes impactos en los entornos mundiales y la crisis climática han llevado a la disminución de estos sistemas cruciales.

Para llamar la atención sobre esto, la Evaluación Global de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (Ipbes) lanzó recientemente su primer informe, que evaluó el estado de las contribuciones de la naturaleza.

Los autores aclaran que sigue existiendo una necesidad urgente de determinar dónde y cómo las contribuciones de la naturaleza son más importantes para las personas, y quién está en mayor riesgo si cesan.

Desarrolló un modelo espacial de alta resolución y escala global, que captura de manera única tanto las contribuciones de la naturaleza como los que los humanos demandamos de estos servicios del ecosistema.

Evaluaron las tendencias en tres servicios ecosistémicos:

  • La polinización de cultivos por parte de insectos y aves.
  • La regeneración del agua mediante la retirada del exceso de nitrógeno procedente de la ganadería y la agricultura.
  • La protección que diversas barreras naturales dan en la línea de costa.

    Son apenas tres de los beneficios que la naturaleza a las personas, pero es difícil poder cuantificarla y medir su deterioro de todas.

Estos datos fueron solapados con los de la población actual y la prevista en 2050 a escala local.

También se tuvieron en cuenta escenarios ambientales como los cambios en el uso de la tierra en forma de deforestación y avance de la agricultura, la acelerada urbanización o el cambio climático.

“Rivalidad regional”

Y aplicaron tres posibles escenarios: uno en el que la civilización no decide tomar medidas para detener la crisis ambiental, otro llamada “rivalidad regional” y un tercero más sustentable.

El peor panorama se da en el escenario de “rivalidad regional”.

Es en un contexto en el que se producen bloque de naciones, con un comercio regionalizado y que sigue la tendencia de los actuales pensamiento del presidente de EE.UU., Donald Trump, y del Brexit en Inglaterra.

Los resultados muestran que, donde las necesidades de las personas para la naturaleza son mayores, la capacidad de la naturaleza para satisfacer esas necesidades está disminuyendo.

Para 2050, miles de millones estarán en riesgo de aumentar la contaminación del agua, la vulnerabilidad a las tormentas costeras severas y la inseguridad alimentaria relacionada con una deficiente polinización de cultivos.

 

Fuente: La Voz

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