Comer lo que no se debe, morder un adorno o escuchar los fuegos artificiales puede perjudicar la salud de los canes.

Fin de año es sinónimo de reuniones y festejos con comida, ruidos y otros factores que pueden alterar la salud de los perros. Cambios de clima, abuso de alimento o dejarlos solos por tiempos prolongados pueden ser algunos de los riesgos.

Por tal motivo, la veterinaria Thaís Matos, quien trabaja en DogHero, elaboró una guía para tener en cuenta algunos consejos y prepararse para la temporada de fiestas.

Cuidado con los adornos

Luces, cables, esferas coloridas, guirnaldas con múltiples formas y texturas son muy llamativas para las mascotas, pero representan un riesgo si son mordidos, lamidos o si se comen. Es recomendable asegurar al piso o paredes los cables y extensiones con sujetadores de plástico o cinta adhesiva o, si es posible, sacarlos de la vista de tu mascota.

Las esferas de cristal implican también un riesgo importante, ya que la ruptura puede herir su hocico, almohadillas de sus patas y otras partes de su cuerpo. Es mejor sustituir este material por plástico e incluso, se puede decorar con encaje, guirnaldas y materiales reciclados.

Cuidado con la pirotecnia

El uso de fuegos artificiales en esta fecha es común. Pero a los perros puede provocarles estrés y ansiedad debido al ruido fuerte y los colores cambiantes. El pánico que esto genera puede desencadenar síntomas como taquicardia o ansiedad, que ponen en riesgo su salud.

Para mantener a tu perro calmado, se recomienda acondicionar un espacio o habitación donde los estallidos no se escuchen tan fuerte y usar el método Tellington Touch de vendaje para que sienta ligera presión y confort en su cuerpo. Otro punto es considerar que la forma en la que el humano reaccione será una guía, por eso es mejor no consolarlo antes de que lo necesite, y actuar de manera normal ante el ruido, dándole tiempo para que asimile la situación y hacerlo sentir seguro. La mejor recomendación es #NoUsesPirotecnia y convencer a una persona más de no hacerlo.

Cuidado con lo que come y bebe

Durante la cena de Navidad y Año Nuevo, se debe cuidar que el perro no consuma alimentos o bebidas con alto contenido de azúcares, fósforo y grasas que les pueden causar diarrea, vómito, daños dentales y nerviosos. Algunos ejemplos comunes de esta temporada son frutos secos, pan dulce y uvas.

Hay que evitar darle sobras de comida y recalentado, dado que la reacción puede ser dañina para su sistema digestivo. También es importante observar que no ingiera bebidas alcohólicas, sobre todo si los asistentes a la celebración las dejan descuidadas en algún lugar donde el perro pueda acceder y probarlas. Si alguien nota un comportamiento extraño, hay que ir al veterinario de inmediato.

Esta fecha es el pretexto ideal para preparar algo para el perro. Se aconseja cocinar un par de recetas especiales como pastel de carne con zanahoria, arroz y huevo o una bebida tibia a base de frutas como melón y frutillas.

Cuidado con dejarlos solos

En estas fechas es común irse de viaje o realizar visitas extensas a familiares. Si al salir de casa el perro no puede ir con uno, lo ideal es alojarlo en el hogar de un anfitrión que lo cuide y atienda sus necesidades mientras no están juntos, de esta manera se asegura su bienestar y se evitan accidentes relacionados con adornos, luces y objetos.

Cuidado con el calor

Los perritos, al igual que las personas, pueden sufrir con las altas temperaturas e incluso pasarla mal. Los canes no transpiran como los seres humanos, pero controlan el cambio de calor del cuerpo y mantienen la temperatura ideal por medio de la respiración. Por eso, el acto de respirar rápido con la lengua hacia fuera indica no sólo que el perrito jugó mucho o está cansado, sino también que puede estar con calor. Pasar mucho tiempo jadeando con la lengua hacia fuera es la primera señal de que el calor puede estar molestándolo.

Otras señales son que se acueste en lugares con piso frío con las patas traseras estiradas, beber mucha agua, quedarse más quieto que lo habitual y buscar siempre lugares cubiertos. Por eso, es importante abastecer constantemente el tacho de agua del perro con agua fresca y, si es posible, dejar disponibles otros por el lugar. En días muy cálidos, se pueden colocar piedritas de hielo dentro del pote para mantener la temperatura del agua agradable por más tiempo.

Cuidado con las rutas de escape

Serán noches con mucho movimiento y ruidos. Ante las alteraciones a su rutina diaria, las posibilidades de que tu cachorro intente escapar son altas. Mantener las puertas siempre cerradas y pedir a quienes te acompañan que sean cuidadosos con eso.

Ser precavido también con ventanas y cualquier otro espacio abierto, ya que aunque no represente un problema para uno, para el cachorro puede ser la oportunidad ideal para huir.

Cuidado con el estrés

Las fiestas y reuniones familiares o con amigos pueden estresar y poner nervioso a tu perro por ser desconocidos. Si bien, hay cachorros que son muy sociables, lo ideal es evitar sacarlos de su propia rutina y asegurarles una noche tranquila.

No olvidar vigilar a los niños, porque tras su interés por abrazar y jugar con las mascotas, la reacción puede ser riesgosa. Es importante respetar el espacio del perrito e incluso contar con un espacio apartado de la fiesta para que pueda descansar y sentirse tranquilo. La mejor parte de la navidad y las fiestas es pasar el tiempo con seres queridos, lo que incluye a las mascotas. Garantizar su seguridad, comodidad y diversión, es parte fundamental de tu tranquilidad.

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