La primera vez que llegó el microondas a la casa de la madre del cronista, hace 30 años, la advertencia fue: “No se pueden poner huevos dentro del aparato, porque explotan”. Pues bien, uno de los niños de la familia quiso corroborar que lo que decían era cierto.

Y puso dos huevos en el microondas. El aparato estalló literalmente. Hizo un ruido fortísimo como si le hubieran puesto una granada adentro y murió en combate. El aparato tenía menos de una semana. El niño se ganó una catarata de insultos y un severo castigo. No era tan niño: al menos adolescente, así que bien merecido se lo tenía.

La historia se repartió entre todos los conocidos y familiares. En aquella época se trataba de un artefacto bastante nuevo y no estaba en todos los hogares. El padre de la criatura consiguió que le cambiaran el aparato o, al menos, eso fue lo que le dijo a su mujer.

Pues bien. Hay mucha gente que aún no sabe que no se pueden poner a cocinar huevos en el microondas. Semanas atrás una joven británica tuvo un brutal accidente, con consecuencias muy graves para su salud: perdió la vista de un ojo.

 

 

 

Según consignó el diario The Sun, la chica de 22 años leyó en internet que había una forma de cocinar los huevos sin que nada ocurriera. Siguió una receta que encontró en el portal Delish.com, según la cual basta con agregar sal al agua para evitar que los huevos revienten. Las instrucciones indicaban un tiempo de cocción de entre 6 y 8 minutos.

Una receta explosiva

La joven siguió la receta al pie de la letra e incluso, por precaución, utilizó el microondas durante el tiempo mínimo del intervalo indicado a una potencia de 900 Watt.

Sin embargo, ni bien abrió la puerta del horno y miró dentro del recipiente con agua —un bol apto para microondas—, los huevos explotaron repentinamente, quemándole el costado derecho del rostro.

‘No intenten hacerlo en su casa’

Como resultado, Bethany Rosser perdió la visión en uno de sus ojos y por ahora queda incierto si se trata de un daño permanente. Los doctores que la trataron de urgencia prometen que no tendrá cicatrices en el rostro, aunque sí advierten que su piel mantendrá manchas de decoloración.

“Se sintió horrible, yo estaba en una agonía absoluta, podía sentir mi piel quemándose durante horas”, expresó Rosser. “Sentí que mi piel estaba siendo arrancada”.

“Jamás volveré a hervir huevos en microondas y espero que nadie más lo haga”, concluyó.

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