El detonante de las manifestaciones fue el anuncio de imponer un impuesto a las llamadas telefónicas a través de servicios de voz por internet, lo que generó la inmediata reacción de población y partidos políticos.

El gobierno del Líbano quedó entre la espada y la pared luego de la “revolución del WhatsApp”, que reunió una gran cantidad de manifestantes contra el anuncio de una tasa a las llamadas por plataformas de mensajería por internet. La población de la República Libanesa salió a las calles a protestar, entre otras cosas, por un impuesto de US$ 0,20 diario a los servicios de llamada a través de mensajería instantánea, desde WhatsApp hasta Facetime y Skype.

El impuesto se enmarca en un plan oficial para aumentar los ingresos de la deteriorada economía del país, pero al ver la reacción de la población, el Gobierno anunció que retiraba esta medida. El foco de las manifestaciones fue Beirut, la capital de la ciudad, donde se encuentran los edificios del parlamento y del gobierno.

Desde lo técnico, existen al menos dos estrategias viables para implementar el impuesto. Por un lado, obligando a las operadoras a restringir el servicio VoIP o creando una suscripción estatal para acceder a las llamadas VoIP. Actualmente, el Líbano tiene dos operadores móviles, Alfa y Touch, ambos de propiedad estatal, así que el gobierno tendría voz y voto para tomar decisiones.

La segunda estrategia es crear una especie de suscripción estatal, de forma que el gobierno estaría “alquilando” las llamadas de WhatsApp, Skype, y demás. En el caso de WhatsApp, esto incumple los términos y condiciones de uso, que establecen que “tampoco debes, directamente o a través de medios automatizados […] vender, revender, alquilar o cobrar por nuestros Servicios de una manera no autorizada”.

Si todos los usuarios de VoIP pagasen los seis dólares mensuales, Líbano recaudaría US$ 252 millones al año.

Más allá de WhatsApp
Las protestas comenzaron el jueves pasado a nivel nacional, cuando el primer ministro Saad Hariri anunció que prevé aprobar un presupuesto estatal para 2020 con medidas de austeridad, en un intento por reducir el déficit presupuestario que asciende a 11,4% del Producto Bruto Interno, según informó El Cronista.

Apoyar el presupuesto estatal de 2020 es una de las condiciones impuestas por la conferencia Cedre para liberar u$s 11.000 millones para Líbano.

fuente:infotechnology

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