El hombre, de 28 años, mantenía una relación de poliamor junto a otros sujetos en una simil secta, donde uno de ellos era considerado “el maestro”.
La familia de Tank Hafertepen hicieron público el caso con su denuncia Dylan Hafertepen, Daniel Balderas Hafertepen, Charles Osborn, Matthew Scott y Philip Myers. Allí los acusa de provocar la muerte de su hijo por negligencia al incitarlo a inyectarse silicona en el pene.
El joven australiano vivía en Estados Unidos, más precisamente en Seattle, donde mantenía una relación de poliamor junto a otros hombres. En ese lugar, uno era considerado “el maestro” y el resto respondían como servidores o “cachorros”.
Además de trabajar su cuerpo en el gimnasio, los hombres se inyectaban silicona en sus genitales para que estos amplíen su tamaño de manera temporal y de esta manera experimentar en el terreno sexual.
Según se cree, Tank comenzó a inyectarse en los genitales en 2014 bajo las órdenes de Dylan. En el año 2014, el joven murió debido a una embolia pulmonar provocada por las exigencias que imponía “el maestro”.
A su vez, algunos testigos aseguraron que cuando Tank fue cuestionado sobre qué tanto se agrandaría su pene, él respondió: “El “maestro” decidirá cuánto es suficiente”. Ellos tenían algunas cuentas en las red social Tumblr donde le contaban a sus cientos de seguidores sobre su relación y sus logros sexuales.
Del mismo modo, la familia del fallecido denuncia que el joven había cortado su comunicación con la familia por pedido de Dylan y demandan a “el maestro” por el robo de USD 200 mil de Tank.
Tomó viagra y los médicos debieron amputarle el pene
Nat Thind es el nombre del joven, de 26 años, al que le debieron mutilar el pene para solucionar la erección que llevaba teniendo durante un mes tras consumir viagra, de acuerdo a lo que reveló el periódico Daily Mail.