Con honor y responsabilidad promete Mónica Silvana González desempeñar su tarea en el Parlamento Europeo, donde asumió como eurodiputada hace poco más de un mes. Agrega que será “con la misma fuerza que en las anteriores ocasiones”, cuando fue concejal de Alcalá de Henares, diputada en la Asamblea de Madrid y secretaria de Movimientos Sociales y Diversidad de la Comisión Ejecutiva Federal del Partido Socialista Obrero Español (Psoe).
Levanta la bandera de la inclusión, la diversidad y la de la garantía de los derechos de las minorías. Tiene 42 años y dos hijas. Se trata de una correntina que se destaca en el ámbito político y social español y ahora se abre paso en el europeo.
Su infancia y adolescencia transcurrió en Esquina, distante a unos 300 kilómetros de la Capital. Al terminar los estudios en el Instituto Secundario Instituto Divino Salvador comenzó la carrera de Turismo, en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Al concluir, en 1999, partió a España para realizar una maestría en la Universidad de Alcalá de Henares, ubicada al nordeste de Madrid, y aunque regresar formaba parte de los planes, la crisis económica del país la persuadió para permanecer en Europa. En el 2004 ingresó en la política local española a través de un cargo de concejal en Alcalá, en la región de Madrid. A raíz de esa responsabilidad conoció luego a Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, que en aquel tiempo era concejal por la capital española. Desde entonces ha militado a su lado. Aprovechando un receso volvió a Corrientes. Por estos días se encuentra en Esquina, disfrutando de los afectos de su tierra natal. NORTE de CORRIENTES conversó con González sobre sus inicios en la militancia social y política y las expectativas de su gestión para los próximos cinco años como eurodiputada.
—¿Cómo fue su incursión en la política española?
—Me fui en el 99 a hacer una especialización en la Universidad de Alcalá. Después vino la crisis del 2001 en Argentina y cuando teníamos que volver estaba muy complicado todo, en Corrientes también. Nos quedamos. Allá me involucré en el cooperativismo, en gestionar proyectos para las cooperativas. El partido socialista, que siempre tuvo una mirada más inclusiva, empezó a captar personas de los movimientos sociales, y ahí me sumé.
—¿Cuáles serán los ejes de su trabajo en el Parlamento Europeo?
—Entramos con mucha fuerza y tenemos un programa muy ambicioso, de igualdad para todos los países europeos. Nuestro compromiso es todo un paquete social. También, un seguro de desempleo para los 28 países miembro, un salario mínimo interprofesional para toda Europa, la construcción de una estrategia de defensa común, son algunos. Pero además, el modelo social inclusivo. Existen orígenes diferentes, colores de piel diferentes, orientaciones sexuales diferentes, confesiones religiosas diferentes, y eso todavía no está representado en las diferentes instituciones de la UE.
—¿Cómo ve la situación política y social en Argentina?
—Primero quiero expresar mis respetos. Yo no vivo en el país ni milito en ningún partido de Argentina, pero sí tengo una ideología socialista marcada, una ideología redistributiva del ingreso muy vinculada a los derechos sociales, a la redistribución, pero también a la decencia de las minorías en la toma de decisiones. Aspiro a que Argentina tenga un cambio que le permita devolver todos esos derechos que fueron extinguidos o mermados en estos últimos años.
En 2004 fue concejal de Alcalá, en 2007 fue diputada en la Asamblea de Madrid. Desde julio, eurodiputada.