Tras una llamada telefónica en el que se advertía de un artefacto explosivo en el colegio secundario, los estudiantes fueron desalojados de la institución en forma presurosa. Expertos de la Policía llegaron hasta el establecimiento y constataron de un envoltorio en uno de los baños. Tras proceder, descubrieron que se trataba sólo de piedras y de un chiste de muy mal gusto.
Todo comenzó pasada la media mañana del miércoles 16 de octubre. Una comunicación al 911 señaló de la presencia de una bomba en el colegio secundario ubicado en la Costanera General San Martín.
Inmediatamente la Policía se comunicó con los directivos del establecimiento de orientación católica para pedir que los alumnos se retiren de las aulas. Luego, especialistas de la fuerza del orden recorrieron las instalaciones y observaron un curioso envoltorio en uno de los sanitarios.
Así, comenzaron con las labores propias para este tipo de procedimientos pero rápidamente observaron que el contenido no era más que piedras.
Descubierta la falsa amenaza de bombas, la normalidad regresó en las instalaciones del Pio XI.